Definir un plan estratégico, sin duda, no es tarea sencilla. Lo sabemos. Llegar a acuerdos que consideren y plasmen el trabajo gerencial -que considere por supuesto lo que el directorio pide- es complejo. A veces meses de trabajo para cerrar en el primer trimestre del año siguiente.
Muchas organizaciones contratan a profesionales especializados en el tema, crean unidades de planificación estratégica, contratan a consultores expertos en el tema para que redacten planes trienales o quinquenales.
Se compran dispositivos tecnológicos para controlar y monitorear y se lanzan campañas de comunicación con grandes anuncios, esperanzas y, por último, reunimos a todos los trabajadores en auditorios y reuniones por plataformas para presentar y conocer -a veces- el feedback de las personas respecto al tema (si es que no lo lo vimos juntos antes con los trabajadores).
Y toda esta actividad previa -antes de que empiece el verdadero trabajo- probablemente, fracase.
Esto ocurre cuando la estrategia no está alineada con el PROPÓSITO de la organización, el cual puede darse por distintos factores como señala el informe de Gallup (2021):
– Un propósito poco claro: (menos de la mitad de los trabajadores estadounidenses (41%) están totalmente de acuerdo al preguntarles si conocen el sentido de su organización).
–Dirección insuficiente: sólo el 22% de los trabajadores piensa que sus líderes tienen una dirección clara en la organización.
–Falta de comunicación: sólo el 13% de los trabajadores estadounidenses está totalmente de acuerdo en que la dirección de su empresa se comunica eficazmente.
No obstante lo anterior, es común que las empresas sigan adelante con su estrategia, incluso cuando resulta evidente que el nuevo plan -por muy disruptivo que parezca en su fase de diseño- no difiera mucho de estrategias anteriores.
Resulta entonces urgente aprender a diseñar una estrategia desde los mismos líderes y que éstos logren alinearse en torno a una comprensión compartida del propósito, que la comuniquen y que sobre todo la estén permanentemente divulgando.
Pamela Teutsch Ortlieb, nuestra Directora Ejecutiva de Beside® comenta: “El Sentido y Propósito organizacional, se traducen en un roadmap estratégico que inspira a la organización la moviliza hacia el cumplimiento de sus objetivos”, y agrega, “es además una estrategia centrada en las personas que permite generar un vínculo emocional permanente con la organización. Lo que en Beside® definimos como una cultura próspera”.
Como socio y parte del equipo de Beside® asesoramos a los líderes a entender, comprender lo que sus trabajadores piensan y sienten de su marca empleadora y, con ello, alinear a su organización para definir y ejecutar una planificación estratégica de personas basada en el propósito. Nos hacemos cargo de los objetivos estratégicos a través de un completo plan de acción, seguimiento a través de la definición de KPIs y evaluación con ajuste de resultados.