Comparto con ustedes la última reflexión de Pamela Teutsch, Directora Ejecutiva de Beside® Consultores:

«La ideología TERF puede dañar enormemente la cultura organizacional. Si bien es fundamental respetar los distintos puntos de vista, la ideología TERF a menudo genera discriminación y exclusión, fomentando ambientes laborales tóxicos e invisibilidad trans. A continuación te mostraré en qué consiste y por qué es esencial enfrentarla en el trabajo.

TERF -de su sigla inglés, Feminismo Radical Trans-Excluyente- ha ganado relevancia en los últimos años. Es una corriente específica del feminismo que excluye de los espacios femeninos a las mujeres transexuales y niega su identidad de género. 

La ideología TERF fomenta la invisibilidad transgénero, perpetúando la anulación de los transexuales en el ambiente laboral. Esta invisibilidad niega a las personas trans la oportunidad de ser reconocidas y valoradas por sus habilidades y su contribución, obstaculizando su crecimiento y realización profesional.

Estas creencias contribuyen a crear un entorno laboral hostil para los trabajadores transexuales. Cuando no se tiene en cuenta o se invalida la identidad de una persona, se atenta contra su seguridad psicológica y pertenencia, lo que provoca un aumento del estrés, ansiedad y una disminución de la productividad.

Efectos nocivos del TERF 

La ideología TERF impacta negativamente no solo a las personas trans sino que a todo el entorno laboral. He aquí algunas de las consecuencias:

1. Pérdida de talento: Un entorno que discrimina y excluye, arriesga perder el talento. Las personas con talento buscarán entornos más inclusivos, donde se celebre, acepte y respete su identidad.

2. Menor innovación: Cuando las minorías, incluidas las personas transgénero, son silenciadas o apartadas, las organizaciones se pierden la oportunidad de tener perspectivas y puntos de vista únicos que alimentan la creatividad y la resolución de problemas.

3. Daño a la reputación: El mundo socialmente consciente de hoy puede generar una reacción adversa ante organizaciones que respaldan las ideologías TERF. Esto incluye, publicidad negativa, boicots de clientes y daños a la imagen corporativa, lo que conlleva pérdidas financieras y una disminución de la confianza de las partes interesadas.

4. Aspectos éticos y legales: La ideología TERF puede conducir a prácticas discriminatorias que violan los marcos legales y éticos. Esto significa que las organizaciones pueden enfrentarse a demandas por discriminación, con un alto costo monetario y también reputacional.

La diversidad e inclusión no sólo son un imperativo moral, sino una ventaja estratégica. Combatir la ideología TERF es esencial para:

1. Abrazar la autenticidad: Apoyar a las personas transgénero en el trabajo fomenta un entorno en el que todos tienen libertad para ser uno mismo. Reconocer y respetar las diversas identidades, permite a las organizaciones cultivar una cultura inclusiva que valora la individualidad y promueva el crecimiento personal.

2. Potenciar el compromiso: Cuando los trabajadores se sienten escuchados y valorados, sus niveles de compromiso se disparan. Los ambientes inclusivos generan una mayor satisfacción de los trabajadores, lo que conduce a una mayor productividad, menores tasas de rotación y un mayor bienestar general.

3. Ampliar el mercado: Un ambiente de trabajo inclusivo atrae a una base de clientes diversa. Demostrar compromiso con la inclusión, permite a las empresas captar una cuota de mercado más amplia, aprovechando eficazmente la creciente población de personas que dan prioridad al apoyo de organizaciones inclusivas.

4. Fomentar la innovación y la colaboración: Los ambientes inclusivos impulsan la innovación y la creatividad. Al fomentar la colaboración entre personas de diferentes orígenes y experiencias, las organizaciones pueden resolver problemas complejos con mayor eficacia y estar a la vanguardia en los escenarios cambiantes de hoy en día. 

La ideología TERF plantea un desafío importante para la inclusión y el bienestar de los trabajadores transexuales. Enfrentar estas creencias en el trabajo y fomentar un entorno de aceptación, permite celebrar la diversidad, promover la innovación e impulsar el compromiso de los trabajadores». 

Pamela nos recuerda que un lugar de trabajo verdaderamente feliz es aquel en el que todos se sienten aceptados, respetados y libres para ser auténticos. Eliminar los prejuicios y respetar la diversidad no trae más que beneficios para todos: potencia una cultura sana, inclusiva y próspera.